¿Quién dijo que los hombres no lloran?

Es la imagen de un final. Agustín Pichot y Juan Martín Hernández tras la derrota en la semifinal del mundial de Rugby frente a Sudafrica. Mucho se habló de ellos, por su excelente actuación en este torneo.

Pero no fueron pocos los argentinos que tras la derrota fueron poco compasivos con Los Pumas, olvidándose de quien era el rival y más aún dejando en olvidó el progreso que ha manifestado este deporte en nuestro país a raíz de la actuación de estos "caballeros" en este mundial.

Los "caballeros" lloran, porque las lagrimas no siempre se pueden asociar a la feminidad, como se suele escuchar que se dice a los niños varones: "no llores maricón, dale para que sos hombrecito"...

Se puede llorar en muchas ocaciones... aún en esta cuando se deja todo para lograr un esfuerzo. En este caso las lágrimas son el comprobante de que se puso todo, se dejó todo y más no se pudo.

Es cierto que el argentino es un poco exitista y perder en una semifinal, pelear por un tercer puesto; suena a poco o nada. Pero poder llegar a estar entre los tres o cuatro mejores del mundo en este deporte, en este momento no opaca sino que es un logro poder poner al rugby argentino en ese escalón.

Por eso más que la imagen de un final, es la imagen de un comienzo, o de un continuar. No tan lejano, porque la del viernes, es una buena oportunidad de seguir creciendo, cuando Los Pumas como en el comienzo del mundial estén enfrentando a los franceses por el tercer y cuarto puesto.

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