El día de la chupina | Grupo Editorial Cn

El día de la chupina | Grupo Editorial Cn
26 de Abril de 2013
Adolescentes

El día de la chupina

Por: 
 Daniel Brizio (Rosario)
Se lleva adelante hoy en la ciudad de Rosario “el día de la chupina”. Los estudiantes de los colegios secundarios, con o sin conocimiento de sus padres, deciden no asistir a clases y juntarse en un lugar público. La ciudad preparó para hoy un operativo de seguridad liderado por la Guardia Urbana Municipal (GUM) en los puntos de encuentro.
Esta costumbre nació en el año 2001 y se estableció anualmente el último viernes de abril. A medida que pasaron los años, en muchos casos los alumnos comienzan con los festejos la noche previa y se han empezado a producir una serie de disturbios que hacen peligrar la integridad de asistentes, transeúntes y comercios aledaños. El año pasado hubo serios incidentes que dejaron como consecuencia una persona herida de bala, otras 70 detenidas y varios hechos de robos en comercios del centro de la ciudad.
Alrededor de 300 agentes se encontrarán en los puntos que serán monitoreados durante todo el día. Entre los que se encuentran los Parques Nacional a la Bandera, España, Urquiza y Alem; y la zona de las peatonales. La GUM, Control Urbano, Dirección de Inspección y la Agencia de Seguridad Vial aportarán unos 160 agentes y la Policía de Rosario, otros 150.
Para la Psicóloga Silvina Rebossio “el día de la chupina, las previas, el mismo Bariloche –como momentos simbólicos– son instantes donde los adolescentes se unen en nombre de estos acontecimientos, pero en realidad son espacios de liberación. En este caso, son momentos donde se liberan del horario y normas escolares. Es un momento sin ley. Donde en realidad denotan que la ley está corrida desde los adultos, donde no sólo estamos permitiendo sino legalizando estos espacios”. 
Ejemplifica, sosteniendo que “mucho más desde la familia cuando se los avala y estimula; y no se le pone un marco, no digo prohibitivo, sino de reflexión y tener un criterio sobre estos temas. Porque muchos no se desbordan, pero otros tantos sí; entonces institucionalizamos los momentos de transgresión y al no tener límites terminan en los desbordes”. 
Considera que esta legalidad “baja desde las escuelas, desde la policía y los juzgados. Al no estar ubicada en los adultos responsables, estos no tienen la patria potestad que les corresponden a los padres. Tendríamos una mejor sociedad, porque no se trata de ser castrador con la aplicación de la ley, sino que ésta, en su noble funcionamiento, nos preserve”.
Foto: Diario La Capital